La industria de virutas comenzó a mediados de 1900 con el crecimiento de la industria maderera. La ropa de cama tradicional usada para los caballos, antes de eso, era paja. Era un producto fácilmente disponible pero no un lecho animal ideal. Un problema con la paja era que requería mucho espacio para el almacenamiento. El principal inconveniente, sin embargo, fue su falta de absorbencia. Simplemente no funcionó bien. Así que la gente siguió buscando una mejor solución.

La solución vino con la comprensión de que los aserraderos habían estado produciendo subproductos de madera afeitada de la madera de aserrar. Era una materia prima abundante que era muy barata, mucho más compacta y altamente absorbente. Esto comenzó un cambio en el mundo del caballo a las virutas de madera y como la demanda aumentó, las compañías comenzaron a encontrar maneras de mejorar el material. Se establecen pantallas para sacar el polvo residual que hizo un producto de mayor calidad que era más saludable para los animales. Se probaron diferentes especies de maderas como pino, abeto, abeto y cedro. El material de afeitar se convirtió ampliamente aceptado y sigue siendo el estándar en la ropa de cama de animales hoy en día.